Actualmente nos encontramos en la lucha titánica de darles a
nuestros hijos la mayor cantidad y variedad de cosas que podemos, creyendo que
de esta manera los haremos felices. Y seguramente lo conseguimos, pero sólo por
un momento.
La felicidad no consiste en tener cosas materiales
únicamente, esa es una ilusión de felicidad inmediata y a la carta. Es un
espejismo creado por los medios a quienes les interesa en primer lugar el
consumismo, lo triste es que nosotros, adultos, nos prendemos en este
autoengaño.
Y lo más triste aún es que nuestros hijos reciben un mensaje
confuso y contradictorio de nuestra manera de obrar. Por un lado somos como la
lámpara de Aladino que con sólo frotarla obtienen lo que desean, por otro, es
más importante tener que Ser.
Y cuando digo Ser me
refiero a una cualidad interna que no depende del afuera sino exclusivamente de
uno. Tenemos la responsabilidad de cultivar y engrandecer nuestro interior.
Podemos mejorar nuestra condición humana mientras vivamos ya que somos seres
perfectibles, pero para eso debemos primero aceptarnos como somos, con nuestros
defectos y virtudes para, desde allí, construir sobre los cimientos de las
cualidades.
Y aquí viene nuestra intervención como padres: hacerles
sentir que son valiosos por lo que son, aún con sus defectos, no por lo que
tienen.
Dialogar con nuestros hijos sobre este tema creará un clima
de intimidad y crecimiento personal que contribuirá a sostener a la familia
como principal fuente de educación en valores. Creo que el esfuerzo vale la
pena.
2 comentarios:
Me gusta esto, hay que enseñar valores a los hijos, creo que eso es lo que mi hija les está ofreciendo a los suyos pero hay gente, como mi sobrino que tiene una hija y él piensa que el dinero y las cosas materiales son lo importante, me preocupa la educación que le está dando a la nena...
Besazo Nora y linda semana mi niña,
Gracias por leer y comentar. Creo que los errores que los padres cometemos con los hijos tienen, en la mayoría de los casos, como base el amor y la ignorancia. Todos los errores que cometí fueron por ignorar que lo que hacía no era lo mejor para ellos; y lo que me impulsaba a cometerlos era el profundo amor por ellos. Por eso creo que este espacio nos sirve a todos para "darnos cuenta" y desde ahí modificar lo necesario.
Besos y hasta otro encuentro.
Nora
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