Es frecuente escuchar esta queja de los padres, especialmente de padres con hijos adolescentes: mi hijo/a no me escucha. Creo que debemos aclarar conceptos a fin de dilucidar esta problemática y encontrar soluciones a la misma.
No es lo mismo oir que escuchar.
Oir es una acción
involuntaria, lo hace cualquiera que no es sordo, tiene que ver con el sentido
del oído, con una propiedad física u orgánica, en cambio escuchar, prestar atención a lo que se oye, es una acción voluntaria
y tiene que ver con una actitud interna de apertura.
Si alguien nos habla y lo escuchamos atentamente, no solamente
escucharemos sus palabras sino también prestaremos atención al tono de su voz,
sus emociones, su postura corporal y, sobre todo, a lo no dicho verbalmente. No
resulta fácil, pero es posible y la gratificación será establecer relaciones
más sanas con los demás.
Cuando como padres nos planteamos el interrogante de por qué mi hijo no
me escucha, generalmente nos parece que nosotros sí los escuchamos. Ahora
revisemos cómo es nuestra escucha. Cuando mi hijo me cuenta algo ¿lo escucho
hasta el final o en menos de la mitad de la conversación ya sé qué
contestarle?¿ Atiendo realmente a SU demanda o me preocupo más porque él
atienda a la mía?¿ Me pongo en su lugar para poder comprenderlo y darle una
respuesta o le respondo desde mi lugar?
Todo esto nos llevará a analizar el por qué de los problemas
comunicacionales con nuestros hijos y a tratar de revertir esta situación en
pos de lograr una mejor relación, ya que
sin una comunicación verdadera, profunda, que involucre esencialmente los
sentimientos, esto se transforma en una misión imposible.
Algunos tips para escucharlos mejor :
- Cuando le
hable a su hijo busque temas que a él le pueda interesar.
- Establezca
contacto visual así él sienta que es escuchado.
- No dé por
sentado las respuestas que su hijo le dará ante determinadas
circunstancias, si su hijo siempre responde igual será porque ud. siempre
le dice lo mismo de la misma manera.
- Cree un
ambiente de diálogo apagando el televisor a la hora de las comidas.
- Demuestre
interés por los problemas que le plantee su hijo aunque le parezcan nimios.
- Incluya en
los diálogos la expresión genuina de sentimientos con estas dos simples
pero efectivas palabras: te amo.
- Y por
último recuerde que, a veces, lo único que necesita su hijo es que lo
escuchen sin opinar, en amoroso y respetuoso silencio.
1 comentario:
Excelente articulo.
Escuchar requiere atención, interés y repeto,conceptos básicos para la relación padre-hijo desde el comienzo.
http://magdalenaspalencia.blogspot.com
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