jueves, 29 de marzo de 2012

AUSENCIA DE HÁBITOS SALUDABLES

 ¿Qué nos sucede cuando vamos a una institución escolar y vemos pupitres escritos y dañados, papeles en el piso, mobiliario deteriorado, paredes escritas con palabras soeces, ruido excesivo en horas de clases?
La primera impresión es de desagrado, de molestia, de indignación, de desaliento. Y lo peor es cuando como docentes nos acostumbramos a ello y no nos provoca nada. Viene esta reflexión a colación de haber estado en dos instituciones educativas donde el asombro mayor fue, justamente, la ausencia de estas irregularidades, allí primaba el orden, la limpieza, el silencio. Nobleza obliga mencionar de quiénes estoy hablando, del Colegio Nuestra Señora de la Merced y del I.E.S General San Martín, ex Escuela de Cadetes, ambos de San Miguel de Tucumán.
Seguramente hay muchas instituciones como las que menciono, pero lo común y lo triste, es ver que la mayoría carece de estos hábitos saludables. Y es que los mismos deben instaurarse día a día en el seno de la comunidad con un trabajo mancomunado de todos los que componen la institución.
Sabido es que los hábitos de orden, limpieza y silencio no están instaurados en nuestra sociedad (basta ver nuestras peatonales, plazas o paseos públicos o tratar de dormir en el centro los fines de semana), es deber y derecho de las instituciones educativas cimentarlos; porque si algunas pueden, ¿por qué no las demás?
Colaboremos desde el hogar inculcando a nuestros hijos estos hábitos que son, nada más y nada menos, que el reflejo de los VALORES que decimos sostener.

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