lunes, 5 de marzo de 2012

CARTA A UN JOVEN DROGADICTO


La vida es una elección. Puedes creer, ingenuamente, que el destino te gobierna, que la vida se ensaña contigo, que la suerte no está de tu lado y que naciste para sufrir, pero, en definitiva, sólo son excusas que te pones para no tomar el timón y campear el temporal.
Es cierto que las circunstancias adversas de la infancia determinan el carácter de una persona. Niños que quedaron huérfanos, que sufrieron abandono afectivo de sus padres, que fueron víctimas de abusos de diversa índole, etc. fueron marcados de por vida por estas situaciones las cuales dejaron una huella síquica indeleble. Y, probablemente, ese sufrimiento los llevó a muchos por caminos desviados como el alcohol, la delincuencia o la droga.
Sin embargo, hay muchísimos jóvenes, futuros hombres y mujeres de bien, que, a pesar de esas mismas experiencias negativas, o de peores, no se sintieron víctimas de la vida y se asumieron capaces de revertir su destino.
Conozco gente cercana que supo transformar su miseria humana en verdaderos tesoros. A ellos vaya toda mi admiración y mi respeto.
Tomo la frase de Eladia Blázquez no es lo mismo vivir que honrar la vida.
Cuando comenzaste a drogarte posiblemente te sentías incomprendido, vacío y solo. No dudo que te hayan pasado muchas cosas desagradables de las que nunca hablaste.
Tus padres habrán cometido muchos errores, muchísimos quizás, de hecho son, simplemente, seres humanos.
Pero ahora ya eres grande y puedes y debes decidir por ti mismo.
Sólo el amor nos permite escapar y transformar la esclavitud en libertad.
Y el amor más grande que hay que cultivar es el amor a uno mismo.
¡Tú no te amas, te tienes lástima!
Yo te invito a que te pares frente a un espejo y te observes. Si puedes hacerlo es porque tienes varios dones maravillosos: un par de piernas que te sostienen, unos ojos con luz para mirar. ¿Te pusiste a pensar en tantos chicos como tú que no pueden caminar? ¿ Y en los que son ciegos y no tienen la dicha de poder contemplarse?
¡Mírate! ¡Tienes tanto! Brazos y piernas que responden a tu voluntad.
¿Qué estás abrazando, la vida o la muerte?
¿A dónde diriges tus pasos, a un futuro lleno de esperanzas o a una infra-vida de completa carencia y soledad?
Hoy tu destino está en tus manos. De nadie más que de ti depende tu salvación o perdición.
Si tienes miedo ¡EXCELENTE! Es una buena señal de que aún estás vivo. Toma las riendas de tu recuperación con valentía. Pide ayuda, llora, permítete angustiarte. Comprobarás que a tu alrededor hay personas que te aman verdaderamente y te tienden su mano solidaria.
No renuncies a vivir. Adopta un proyecto de vida y hazlo realidad.
Te dejo una frase que alguna vez leí y me impactó:
Si necesitas una mano
La encontrarás al final de tu manga.
Mucha suerte amigo, no estás solo.

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